El reto de la emancipación juvenil en España: Crisis, pandemia y un futuro incierto

En España, miles de jóvenes se enfrentan a un reto desalentador: independizarse del hogar familiar parece una meta inalcanzable. El último informe del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud en España, correspondiente al segundo semestre de 2022, revela que la edad promedio para dejar el hogar familiar ha superado la treintena, situándose en 30,3 años, casi cuatro por encima de la media europea. Además, según informa El País, solo el 15,9% de los jóvenes viven por su cuenta, una cifra que ha aumentado desde principios de 2021, pero sigue rezagada respecto a la situación previa a la pandemia y no llega ni a la mitad de la media de la Unión Europea, que se sitúa en un 31,9%. Este problema no es exclusivo de los jóvenes, es un desafío que afecta a toda la sociedad, y requiere una solución urgente.

Según el artículo de El País, en los últimos 15 años, diversos factores, como la crisis económica, la pandemia y conflictos internacionales, han condicionado las expectativas de los jóvenes, frustrando sus horizontes vitales y la esperanza de que sus esfuerzos les permitirán llevar una vida mejor. Incluso cursar estudios superiores, que durante décadas fue considerado el ascensor social educativo, ya no garantiza la posibilidad de emancipación para la generación que ha tenido más oportunidades de formarse. Sorprendentemente, solamente el 22,9% de quienes han completado estudios universitarios o de formación profesional de nivel superior han podido dejar el hogar de sus padres. Además, tener un empleo tampoco garantiza el acceso a una vivienda propia, ya sea a través de la compra o el alquiler.

Para afrontar este desafío, es esencial que la política tome medidas más decididas en tres áreas clave: empleo, poder adquisitivo y vivienda. Aunque la tasa de desempleo juvenil ha disminuido en los últimos años, sigue siendo preocupadamente alta, superando el 27%, casi el doble de la media europea. Los jóvenes son el grupo que más sufre el desempleo. Alarmantemente, uno de cada cinco jóvenes menores de 30 años que tienen empleo se encuentra en situación de pobreza o riesgo de exclusión social.

Además, el acceso a una vivienda en solitario se ha vuelto inasequible para muchos jóvenes. Para pagar el alquiler, un joven con empleo debe destinar un abrumador 83,7% de su salario neto, lo que hace que la perspectiva de comprar una vivienda sea una meta lejana para la mayoría.

La situación de empobrecimiento que enfrentan los jóvenes no solo afecta a quienes la padecen, sino que también tiene un impacto en toda la sociedad. La confianza de los jóvenes en el sistema política se sitúa en un preocupante 41%, y un 57% de ellos desconfía de los partidos políticos, según una encuesta del Consejo de la Juventud. Estos datos son motivo de reflexión en un momento en el que el escepticismo sobre la democracia está en aumento.

La prioridad de los jóvenes es construir un proyecto de vida propio, mejorar sus condiciones laborales y promover medidas en salud mental. Es evidente que este último objetivo está estrechamente ligado a la precariedad económica y laboral que enfrentan. En este sentido, no se pueden encontrar políticas estatales más necesarias que las que aborden estos desafíos, ya que determinarán el rumbo de este país en las próximas décadas.

La emancipación de los jóvenes en España es un reto apremiante que requiere una atención urgente. Abordar el desempleo, mejorar el poder adquisitivo y hacer que la vivienda sea más accesible son pasos fundamentales para garantizar un futuro más prometedor para la juventud española. El bienestar de los jóvenes es el bienestar de toda la sociedad, y resolver estos problemas es una inversión en el futuro de España.

Imagen de ABC